martes, 26 de diciembre de 2006

Tragar. Digerir. Escupir

Mi ciudad se traga gente.
Desaparece.
No está.
Mi ciudad confunde. Marea. Te pierde.
Mi ciudad se traga gente.
No distingue en edad. Pero las elige por convicciones, clase social, lucha, dolor.
Mi ciudad tiene en su cementerio tumbas NN... y fuera del cementerio también.
El misterio por su desaparición no es por qué desaparecieron, sino "¿Dónde estáN?".
Dónde está Miguel?
Dónde está Julio?
Dónde está el pibe que pide en la esquina?
Dónde está el viejito ése que se cubría con cartones en la plaza?
Dónde están los desaparecidos?

Se perdió su huella en el calabozo de la comisaría, en el centro clandestino de detención, en la calle, en sus casas, en esta prisión.
La labor de sus manos han sido coartadas por las esposas que los han atado a su destino fatal.

Dónde está Videla?
Dónde está González Conti?

En sus cómodas casas... o quizá dando un paseo por el barrio, disfrutando sus prisiones domiciliarias.

Dónde está Pinochet?
Dónde está Massera?
Dónde está Galtieri?

Muertos. Enterrados. En una tumba. Con Nombre - Flores- Honores.
Vergüenza.

Dónde está Etchecolatz?
En una prisión común.

“Unos 9 mil efectivos de la Policía bonaerense que se incorporaron antes y durante la última dictadura militar continúan en actividad. Así lo confirman los legajos enviados por el Ministerio de Seguridad al juez Federal Arnaldo Corazza en el marco de la causa que investiga la desaparición de Jorge Julio López. Entre los legajos enviados a la Justicia figura el del Superintendente de Investigaciones, Roberto Silva, al frente de la búsqueda del albañil. Los organismos de derechos humanos piden que todos sean investigados”, sostienen diversas fuentes periodísticas. (Agencia Pelota de Trapo, 21/12/06).

A López lo busca quien se lo tragó. Devorar a quien luchó parece ser el menú principal de los genocidas.
La memoria hace regurgitar el dolor, la injusticia, la impunidad.
La lucha, la insitencia, el tezón, causan indigestión a los tránfugas, corruptos y asesinos.
Están más entre nosotros de lo que parece y sin embargo no detiene nuestra marcha.
Quienes más fueron golpeados, más insisten en devolver el golpe de manera pacífica. A quienes más les han gritado, más responden con la voz baja y calma, ellos saben que no tienen que andar gritando sus ideas, porque éstas son válidas en el diálogo cotidiano, en el discurso de todos los días.
Quienes creemos que enloquecen en el camino, en verdad están abriendo las puertas que nuestro desconocimiento no quiere abrir.

La Coordinadora contra la represión policial e institucional, CORREPI, informó que la brutalidad de las fuerzas de seguridad durante la actual presidencia de Néstor Kirchner “se acentuó como en ningún otro gobierno posterior a la dictadura, tanto por la cantidad de asesinados en los barrios, como de procesados y presos por causas políticas”, sostuvieron los integrantes de la organización.
Los asesinados son pibes pobres. Una repetición del molde impuesto por los que concentran riquezas en pocas manos. Hace tres décadas atrás, los mataban por revolucionarios, ahora los convierten en delincuentes y también los aniquilan. Según la doctora Verdú, "la represión policial e institucional se usa como herramienta de control social que se descarga básicamente sobre los jóvenes pobres de los grandes conglomerados urbanos; es decir, los que más razones objetivas tienen de rebelarse por el tipo de vida que llevan". Agregó que "hay una tendencia muy frecuente de presentar estos casos como enfrentamientos en el marco de hechos delictivos reales o inventados, donde los muertos aparecen imputados por delitos que no cometieron".

Criminalización de la pobreza y de la protesta social. Denuncias de gatillo fácil y violencia institucional.
La violencia institucional no es sólo matar de un tiro en la nuca. No es sólo reprimir en calabozos y celdas.
Es dejar morir de hambre, dentro y fuera del encierro. Es detener sin sentido, nomás que por el placer que les debe causar a los represores ver encerrados a los que saben indefensos, olvidados.
Violencia es que el gobierno se regodee del bendito superávit del 9,3% del último mes, mientras las niñas y niños mueren de sarampión y tuberculosis, y son encerrados en institutos de menores sin haber cometido delito al´guno, por "prevención".
Violencia es que del Presupuesto Nacional sólo un 15% se destine a la Salud y un 13% a la Educación, mientras 2247 millones de pesos son destinados a subsidios del gobierno a las empresas de transporte privatizadas, para que luego los trenes descarrilen, los pasajeros sean trasladados como ganado, los asientos tengan sus resortes al aire libre, los guardias de seguridad sean cómplices de lso chorros en cada vagón. Las frecuencias a tiempo sean un milagro inesperado.
Violencia es que los diputados de Tierra del Fuego decidan a las apuradas, en la última sesión del año aumentarse el sueldo, sin antes decidir ni discutir el presupuesto provincial.
Violencia es dejar que miles de chicos se consuman consumiendo paco.

Mi ciudad se traga gente.
Mi ciudad se tragó el respeto y la dignidad.