domingo, 24 de abril de 2011

Liberarse en silencio

Este artículo apareció en revista La Callejera Nº 1 (noviembre 2010), equipo del que formo parte. Un espacio creativo que seguirá creciendo.

Despenalización del aborto

Liberarse en silencio

Por Azul Cordo

El aborto voluntario es una realidad en Uruguay. Una realidad penalizada, con un pasado reciente de intento de legalizar, trabada por un veto y contenida en ordenanzas. La Callejera trasunta los ángulos de este tema puntiagudo.
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Pensamos que no iba a pasar nada. Que a nosotros no nos iba a pasar. Acababa afuera, o al menos eso me decía. Capaz que un día no funcionó. Mi padrastro me toqueteaba a escondidas. Cuando estaban las luces apagadas, se metía en mi cama y… bueno. Ya probé con yuyos y nada. Me tomé las pastillas y después me avisaron que también me las tenía que meter. No sabía. Tomé las pastillas; no todos los días, pero las tomé. Ya tengo dos hijos con parálisis cerebral, quiero interrumpir mi tercer embarazo sin riesgo. Soy pobre; soy de clase media; tengo recursos y puedo pagarme operación segura, con un médico que mediáticamente se rasgaría las vestiduras si tuviera que practicarme un aborto en el hospital público donde trabaja, y apelaría a su moral cristiana, pero aquí, en privado, se le olvida todo eso.
Tengo 16 años o 20; 40 o 32. Quiero abortar porque llevo un embarazo no deseado, porque me violaron, porque mi novio no nos cuidó bien, porque no pude acceder a las pastillas anticonceptivas, porque no siento que pueda ser una buena madre ahora, porque no puedo mantener otro hijo o hija.
Abriré mis piernas y respiraré hondo. Decidiré sobre mi cuerpo y si me esquiva la Salud y el Estado, me liberaré en silencio.
El aborto es un secreto a voces. ¿Quién no conoce a alguna mujer que se lo haya practicado? O, al menos, sabe que fulanita tiene una conocida que tiene una compañera de facultad o de liceo que quedó embarazada y no quería, entonces…
¿Quién no oyó alguna vez sobre curanderas en barrios humildes que tienen recetas con yuyos? ¿A quién no le dolió cuando escuchó sobre el método con agujas de tejer?

Un derecho que falta
La ley de Salud Sexual y Reproductiva en el Uruguay está incompleta: el ex presidente Tabaré Vázquez (2005-2010) vetó los artículos que comprendían la despenalización y legalización del aborto. En noviembre de este año se cumple el tercer aniversario de aquella vetusta decisión.
En un país con Estado laico, como se supone que es la República Oriental del Uruguay, desde la Conferencia Episcopal local, a cargo de Monseñor Pablo Galimberti y su compañero el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, intentan frenar públicamente cualquier avance en los derechos sexuales.
Ante la perspectiva de que se apruebe alguno de los –hasta ahora- dos nuevos proyectos de ley para incluir la despenalización del aborto en el país, la posición eclesiástica recurrirá a un plenario para decidir qué medidas adoptar, considerando que desde principios de octubre de este año el Ministerio de Salud Pública (MSP) reglamentó la Ley de Salud Sexual y Reproductiva que, entre otras cuestiones, exige que las instituciones médicas públicas y privadas, incluida la mutualista del Círculo Católico (que no estaba entregando pastillas anticonceptivas a sus afiliadas), brinden información sobre la interrupción de un embarazo en condiciones de riesgo.
A este tipo de consultas pre-aborto se le suman las post-aborto. Ambas se implementaron gracias a la ordenanza 369 del MSP, vigente desde el año 2004, que implica la creación de consultorios para la atención de las mujeres antes o después de un aborto. Por ahora esta experiencia se lleva a cabo en el Hospital de la Mujer Dra. Paulina Luisi del Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR) de Montevideo y en algunas ciudades del interior.
Esta ordenanza fue creada en forma paralela a la existencia de un proyecto de ley que legalizaba el aborto, durante la legislación del ex presidente Jorge Batlle. Este proyecto de ley era muy similar al que se presentó en el Parlamento durante la presidencia de Tabaré Vázquez, incorporado a la Ley de Salud Sexual y Reproductiva.
En la actualidad, esta ordenanza es la única iniciativa a nivel estatal que contempla –aunque de manera acotada- que las mujeres abortan.
Sucede que este consultorio tiene como primer objetivo buscar que no aborten, explicar a qué riesgos se someten al hacerse una intervención considerada “ilegal” en varios países de América Latina, reflexionar sobre las razones por las que deciden abortar y, si no pueden revertir la decisión, entonces sí hacen una ecografía para revisar el estado de la mujer y del feto e informan de manera elíptica sobre el uso abortivo del Misoprostol, dado que está prohibido y sólo se vende bajo receta de un gastroenterólogo.
La consulta post-aborto también incluye una ecografía, para revisar si quedaron restos del embrión en qué condiciones está el aparato reproductor femenino; a su vez, brinda conocimientos sobre los distintos métodos anticonceptivos por los se que puede optar.
Como explica la antropóloga Susana Rostagnol, quien investiga desde hace años las aristas del aborto en Uruguay, las muertes causadas por abortos han bajado drásticamente “gracias a que se combinaron dos factores: la puesta en marcha del consultorio de atención pre y post práctica abortiva, y la difusión boca a boca del Misoprostol”.

Una verdad incómoda
Rostagnol agrega que “entre 2001 y 2002 hubo un pico en los casos de decesos causados por abortos” que son realizados de manera clandestina, pues están penados en el Uruguay. En la actualidad prácticamente no se registran muertes por esta causa, “aunque no existen mediciones oficiales”, señala la antropóloga.
De acuerdo a la investigación dirigida por Rafael Sanseviero (Coordinador General del Centro Internacional de Investigación e Información para la Paz CIIP/UPAZ) titulada Condena, tolerancia, negación. Situación del aborto en Uruguay, al menos 33 mil abortos voluntarios se realizan por año en Uruguay.
Este cálculo surge de fuentes documentales y entrevistas que el equipo de Sanseviero, constituido por Rostagnol y otros investigadores, hizo con médicos, con enfermeras/os y con mujeres que abortaron.
Los más de 33 mil abortos voluntarios representan una tasa de aborto de 38.5 por ciento, “es decir que una de cada cuatro gestaciones habrían terminado en aborto voluntario”, señala el informe Barreras. Investigación y análisis sobre el acceso de las mujeres al derecho a decidir realizado por la Asociación Uruguaya de Planificación Familiar (AUPF y la Red Uruguaya de Autonomías (RUDA) en el año 2008.
De manera paradójica entonces, en un país donde la conducta abortiva es punible, existen dispositivos para realizarlo y a la vez discursos que condenan y estigmatizan. Existen médicos que cobran cifras exorbitantes para operar, y médicos que contienen a quienes van a someterse o se sometieron a interrumpir una gestación.
Existe un negocio médico y un mercado negro que vende el Misoprostol, y una condena moral y ética a la mujer, sumado a las torturas y desmoralización a las que puede ser sometida durante las intervenciones quirúrgicas.
Cabe pensar que si se legaliza, se pierde el negocio, y también se tendrá que asumir que hay muchas mujeres que no quieren cumplir con el mandato social implícito de tener que ser madres por tener cuerpo femenino y la capacidad de engendrar.

Por qué es importante despenalizar
“Es importante despenalizar para respetar distintos derechos humanos que con los abortos voluntarios se violan sistemáticamente”, explica Rostagnol. “Las mujeres que pasan por un aborto ven violados su derecho a la privacidad y a poder actuar con libertad; sumado a si se realizan abortos mediante intervenciones quirúrgicas o con saberes populares, muchas son sometidas a torturas y a prácticas insalubres”, agrega.
La antropóloga explica que tanto en lo discursivo como en la práctica son aplicados distintos elementos de discriminación de género. “Los varones no ven expuestos sus cuerpos ni sus decisiones corporales, como las mujeres; ni tienen un condicionamiento de ser madres por una predisposición genética”, señala.
Suponiendo que se llegue a aprobar alguno de los dos nuevos proyectos de ley que pretenden la despenalización, habrá que ver cómo esa decisión legislativa va a tener su soporte no sólo a nivel institucional y médico, sino también en la educación sexual en las escuelas y liceos. Más si se considera que el Programa de Educación Sexual y capacitación de docentes no cuenta con financiación desde junio de este año.


RECUADRO 1
Para dejar de penar
Los dos proyectos de ley que se presentaron hasta el momento para despenalizar el aborto, provienen del Frente Amplio. La socialista Mónica Xavier propone que no se pene a las mujeres que se realicen abortos, pero además exige que todas las instituciones médicas públicas permitan la realización de abortos voluntarios y se ocupen de los cuidados psico-físicos posteriores, contemplando los distintos momentos d un aborto. En tanto que, Álvaro Vega (MPP) propone despenalizar, sin exigir atención médica, ni que el aborto se realice en clínicas.

RECUADRO 2
Haciendo bulla
Distintas campañas de organizaciones y redes feministas se han puesto en marcha para visibilizar las realidades que implican los abortos voluntarios.
En Uruguay se difundió por correo electrónico durante septiembre la consigna: "Yo aborto, tu abortas, nadie más se calla", llevada a delante por Cotidiano Mujer, RUDA, Ovejas Negras y Pro Derechos. Ésta consistió en difundir en pocas líneas historias de mujeres que abortaron, brindando un amplio panorama de situaciones sociales y razones por las cuales toman la decisión. Además deja entrever el abandono y la condena estatal a la que están sometidas las mujeres.
Algunas de estas historias son:
MARÍA TIENE 32 AÑOS y para su familia era imposible sostener otro hijo en el momento que quedó embarazada. Con relativa facilidad pudo obtener información sobre cómo abortar sin riesgo, pero para acceder al misoprostol necesitó llegar a una oculta red solidaria. Desde la semana siete hasta la trece se realizó diez intervenciones con el medicamento. Fueron diez madrugadas de soledad, buscando cualquier señal de su cuerpo. Fueron diez madrugadas de clandestinidad médica y omisión de asistencia.
MARIANA TIENE 19 AÑOS y está decidida a no continuar un embarazo que la sorprendió. Ella y su novio organizan una reunión con las familias de ambos para explicar la situación y pedir ayuda. Viven en uno de los departamentos del interior donde ningún servicio de salud brinda asesoramiento. Las familias llaman a distintos contactos hasta que logran dar con alguien que les orienta. Entonces, Mariana y su padre viajan a Montevideo donde hacen la consulta médica y consiguen misoprostol. De vuelta, siguiendo las instrucciones se coloca el medicamento. Sin dolor, sin síntoma alguno, Mariana sangra por tres días. Al cuarto día un dolor intenso pone en alerta a la familia. Inmediatamente acuden a la emergencia donde queda internada por complicaciones hasta que la consideran fuera de peligro. “Hasta ahora no me había dado cuenta hasta dónde se equivocó Tabaré con el veto”, repite una y otra vez el padre.

En Argentina, el grupo de intervención urbana Mujeres Públicas ha realizado distintas campañas como los afiches que mostraban que “con la misma aguja” se pueden tejer batitas de bebé o abortar (ver imágenes). También, criticando el peso de la iglesia en las decisiones de salud sexual y reproductiva, el grupo diseñó unas estampitas con la oración para un buen aborto.

Termina Turismo


Ahhhh una semanita!!!! Mirá cómo vuelvo al blog, con ganas de catarsis! Algo que prometí en silencio que no haría más, y es lo único que pienso cuando pienso que tengo que volver a este espacio y hacerlo más agradable.
Entre las ganas de confiar de nuevo en mí (hubo días en que eso ocurrió), y a sabiendas que puedo resultar realmente insoportable para algunos miembros de mi familia e incluso para mi pareja, acá estoy: cerrando un domingo soleado, ventoso, que ahora recibe al frío. Ahora con Bebe de fondo, en sendas pc's. Un finde de llegada, tras una semana de intentar acompañar y asumir que nos van a tirar la casa abajo.
Literalmente. La van a tirar abajo. Y yo tengo una bronca contenida, una tristeza acumulada. Unas pocas ganas de comenzar de nuevo en otras latitudes. Y entiendo que eso es una injusticia en todos los sentidos. Todos: la ausencia de fraternidad, la ambición que lo puede todo, la sordera familiar, el esfuerzo ladrillo a ladrillo, peso a peso, días a días, balde a balde de pintura, sueldo a sueldo, día a día, años...
En esa casa yo encontré a una persona muerta. No a cualquier persona. Y me pasó ahí.
En esa casa pasé noches apasionadas. Pocas, pero lindas.
A esa casa llegué libre y por momentos tomó la forma de mi libertad.
Esa casa me quedó grande y me gustó eso. Porque la casa había cambiado. Ya no era mía por prepotencia, era nuestra, después de tanto deseo y poca concreción.
En esa casa lloré a mares y reí otro tanto. Bailé en su patio. Me confesé. Canté a los gritos. Esperé visitas. Tomé muuuuchos mates.
Y ahora harán perforación de suelos y la derrumbarán.
No es justo.

Y justo ahora, antes de salir pa la Cinemateca, se me ocurre leer correos viejos. Hace un año y tanto... y pasó el tiempo, eh? Me gusta leer correos viejos. Soy yo como era. Algo de estos párrafos intentaré rescatar para encarar esta semana y las que vienen:

"y el año... fue raro. ahora lo tengo muy encima, muy en mi espalda, entreverado. pero el gran objetivo era terminar la facu y lo va a ser. el resto era pura sorpresa. lo de tranquilo, no. no anhelaba para nada un año tranquilo, me aburro fácil. pero fue raro. mucho cambio. mucha nada. poco nuevo, a pesar del cambio. y cuando eso se contamina con poco amor, bueno, es q eso siempre hace falta no?
asi que espero la renovación del 2010. porque el 09 ya ta tirando los ultimos kilometros.
lo muy positivo en mi plano astral es haberme conocido mucho más a mí misma. así que encaro lo que viene sabiéndome. soportandome y disfrutandome. eso sí que es mucho. el resto, puro porvernir."