martes, 5 de enero de 2010

si toco tu tierra, habré cruzado mi mar

la crisálida al fin se rompió
pudo volar
ahí donde están los sentimientos más hondos
los desconocidos
que anhela.

la mariposa, entonces, prepara su vuelo, que durará más de un día.
ahí, hacia su dulzura, que dejará de (ser) y (estar) distante, para comenzar a ser con mayúsculas y sin orillas.

tras esconderse en las heridas, luego de cuidar su rostro de malas caras y sus oídos de las frases de diseño, la mariposa se irá hacia otro horizonte. para ver. para sentir.
el verbo será, entonces, por fin, sentir.

después de creer, de probar, de equivocarse, de comprar los candados que quería para cerrar lo añejo, lo vetusto, lo vencido; después, aparece el intento, aparecen las ganas y la emoción, la fuerza y la inspiración. aparece la confianza y querer que me descubras, por fin creer una vez más, pero como nunca antes.

con las defensas vencidas y sin ganas de subirlas. dispuesta a dar lo mejor que tengo.
vuelo hacia tu balcón.
dejá la ventana abierta.

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