lunes, 16 de agosto de 2010

Ana Prada (entrevista- Factor S 90)


Ana Prada presenta Soy pecadora

Anduve sola, pero no

Despojada de mochilas pasadas, ubicada en el corazón de Barrio Sur con estudio y hogar a leña propios, Ana Prada pasa sus días entre giras regionales, canciones y pecados que se convierten en libertades. Este 31 de julio presenta una vez más en Montevideo su segundo disco solista.

Por Azul Cordo / Fotos: Bárbara Corneli

Queda más que brasa entre la leña; sopla y se enciende de a poco. Algo humea y se esparce en el ambiente, pero no incomoda. Hace mucho frío afuera y las tres ventanas dan marco al aguanieve que cae sobre alguna esquina de la calle Durazno.
Dentro, Ana Prada se sienta en uno de los bancos que rodean a la mesa ratona plagada de agendas, computadora, cd’s y libros de María Elena Walsh, teoría del teatro y algo de ficción. Allí, mientras ceba mate, está en cuenta regresiva para el segundo toque de Soy pecadora, luego del éxito de asistencia y repercusión que tuvo la presentación oficial en Uruguay a principios de junio.
Un mullido sillón blanco, un escritorio, el piano vertical, un sommier, algunos tambores, el acordeón rojo colgado en la pared, la biblioteca y las lámparas de papel con muñequitos de tela colgando, dan forma y color al espacio creativo personal de esta cantautora sanducera.

Le canto al amor
Pecados y liberación. La ironía de liberarse y ser identificada por ello. En la crítica que aplaude y venera su crecimiento y soltura compositiva, también se oculta a veces el morbo por la vida íntima y la hipocresía de ser inclusivos y diversos, pero que acaban generando guetos.
“Sabía que ponerle “Soy pecadora” al disco iba a generar preguntas obvias como “¿Cómo fue el paso de ser sola a ser pecadora?” o que me pregunten si entonces ahora tenía asumida mi sexualidad. Pero la verdad es que me importa un carajo lo que puedan llegar a opinar. A mí no me interesa que sepan de mi vida privada ni canto sobre eso. Yo le canto al amor, más allá de los géneros. Canto sobre los sentimientos”, indica Prada.
“Está la canción Tu vestido, en la que sí, le estoy cantando a una mujer, pero fue creada junto con Martín Cella, y a su vez puede ser cantada por un varón a una mujer. Una se enamora de personas. No creo y no me gusta eso de anteponer la elección sexual de cada uno como definitorio de quién sos. No hay porqué andar presentando a Fulana o Mengano según si es lesbiana o gay. No hay que etiquetar las situaciones amorosas de los seres humanos”, agrega.
“Cuando una hace una canción de amor no tiene por qué catalogarse. Por suerte, creo que hoy los jóvenes tienen otra libertad para elegir en el amor, y entienden que no se puede discriminar a alguien por querer a otra persona del mismo sexo. Por supuesto que eso no quita sufrir en el amor, porque si no se sufre, el amor no es tal, pero en todo caso me parece que ahora los adolescentes se hacen problema por si Sultana o Pepito les va a dar bola, pero superando el que ellos mismos sean varones o mujeres”, señala Prada. “Lo que hay que entender es que ya no hay que rendir cuentas a papita o mamito”, dice y ríe a carcajadas tras el acto fallido en el que re-generó a las autoridades paternales y patriarcales.
“Tenemos que ser más tolerantes e inclusivos y menos hipócritas entre nosotros, sino la sociedad no va a cambiar”, concluye.
Por eso cuando compone no está pensando en generar un impacto porque esos versos puedan estar dedicados a una mujer. No hay morbo ni marketing en cada canción creada.
Lo que sí hay es alegría, candombitos, un chamamé liviano como un panadero, melodías dulces, covers y cumbias. Hay caricias al alma de cada oyente y viajes de la Rambla montevideana al corazón del Uruguay.
El tema Tu vestido fue nombrado por Ana en distintas entrevistas, tal vez porque explicita un atuendo característico del mundo femenino y porque lo devuelve resignificado a quienes lo portan: las mujeres. “Al decir hoy te pusiste tu vestido, el prohibido, le estoy hablando también a aquellas a quienes sus novios les prohíben vestirse y ser de tal o cual manera, que les prohíben usar escote o pollera cortita, y les estoy diciendo Muchacha, si ese chico no te deja salir así, dejalo y hacé lo que quieras. ¡Mujer, Libérate!”, señala.

Jugando entre pasión y sacrificio

En su universo creativo, Prada se ha rodeado de buenos amig@s y colegas que le permiten “conocer otros universos musicales”, como la española Queyi, a quien está acompañando en Uruguay y Argentina, con la hospitalidad que recibió en tierras mediterráneas.
“Queyi es sencilla, hace melodías simples que llegan de manera muy directa al público. Y yo aprendo eso de ella, entre otras cosas de las que me nutro, porque no se quema la cabeza para componer; no busca acordes entreverados, como muchas veces aspiramos a crear los uruguayos para destacarnos”, cuenta sobre su amiga y compañera de conciertos.
Pero sin dudas, una influencia, compañía y empuje en estos años de la carrera solista que arrancó en 2006 con la edición de Soy Sola, quien “me impulsó a hacerlo”, fue Elvira Rovira, co-autora de varios temas en ambos discos de Ana.
“Ella, junto con Carlos Casacuberta, fueron dos de las personas que más influyeron para animarme a empezar mi carrera solista, después de años con el cuarteto La Otra y de dar clases de canto a adultos mayores a través del Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP)”, detalla.
Tras el primer impulso y la buena repercusión que significó Soy Sola, el segundo disco tardó tres años en salir, pero el resultado fue producto de la “cocina conceptual” que establecieron Prada y Rovira para “delinear el concepto de Soy Pecadora”.
Con el primero había visto que podía sola y que gustaba. Que cantantes y compositores tomaban o le regalaban canciones. Que Liliana Herrero había hecho casi propia Brillantina de agua y que Cabrera le dio la Dulzura Distante antes de grabarla él mismo. Kevin Johansen y Walter Malosetti eran invitados de lujo en sus presentaciones y la lista de apoyo crecía y crecía.
¿Qué decir en el segundo disco? “¡Todo lo que quiera!”, exclama Ana. “Ya me había presentado sola ante el mundo, ahora ya podía soltarme y decir lo que quiera. Y con Elvira trabajamos el concepto de ser pecadoras como una condición que caracteriza y marca a fuego a las mujeres. La tradición judeo-cristiana en la que vivimos implica y establece que todas las mujeres somos pecadoras. El mundo femenino siempre estuvo caracterizado y estigmatizado como algo negativo, oscuro, misterioso; ser la representación de la tentación; morder la manzana y tentar al bueno y noble varón, que es la víctima constante. Entonces en este segundo disco tenía ganas de decir y cantar muchos pensamientos que tenía guardados, sin andar con vueltas”, afirma.
Además de crear con esta libertad, esa actitud se escucha en varias grabaciones del disco, llenas de risas y tonos cómplices, jugando más con las voces y con los músicos. Ese clima se respira cuando ella está en el escenario. Y se ve una presencia artística que crece, como en el pasado 9 de julio, Día de la Declaración de la Independencia argentina, cuyos actos se celebraron en Tucumán, cuna de la Patria, donde Prada cantó junto a la folclorista Teresa Parodi. Ese día también se conmemoraba allí el nacimiento de Mercedes Sosa y, para homenajearla Ana y Teresa entonaron “Zamba por vos”, en una jornada que concluyó con la actuación de Charly García, gran amigo de la Negra.
Los festivales, encuentros y participaciones en algunas canciones con otras artistas hacen soñar a Prada con una larga gira en ómnibus, con cantautoras latinoamericanas como Queyi, Yusa (ver FactorS 84), las integrantes de La Otra, por ejemplo. O bien hacer un festival femenino. “Cada tanto hablamos con las chicas de La Otra, pero por ahora es difícil juntarnos. Nosotras logramos el nivel que teníamos porque ensayábamos cuatro veces a la semana, tres horas cada ensayo; ahora, por los compromisos y carreras de cada una, es imposible volver a ese nivel profesional, y mucho menos pensar un nuevo repertorio”, explica la música.
Mientras sueña, Ana sigue actuando como invitada en distintos toques de músicos que pertenecen al Montevideo Music Group, en su mayoría, varones. “La mayoría de los artistas están vinculados a la murga y a la murga-canción (Pinocho Routin, Edú Pitufo Lombardo, Alejandro Balbis, Zurdo Bessio, entre otros); tienen una larga trayectoria en grupo o como solistas, y un público distinto al que sigue mi música en un principio. Lo que ha pasado luego de varias invitaciones a sus shows es que ese público conoce mi música y luego se suma a alguno de mis toques”, cuenta esperanzada.
En el caso de la invitación a cantar algunas canciones junto a Tabaré Cardozo el 6 de agosto, “me llena de alegría, porque Tabaré es un grande. En mis clases de canto, muchos alumnos hacían canciones de él y así fui conociendo su obra en profundidad. Es un gran músico y compositor; un artista que tiene mucha llegada popular, que me está permitiendo dar a conocer mi música a ese público”.

Bonus
Soy pecadora tiene dos bonus track que funcionan como un cierre redondo para un disco juguetón: Mandolín, un clásico de El Príncipe Pena, “una canción que siempre cantaba en España y generaba un buen ida y vuelta con el público”; y Sal y agua, “una de las tantas cumbias que bailábamos en Paysandú”. Dos temas muy bien recibidos, junto con el resto del disco, entre los distintos públicos de la Prada: el argentino, del que tiene gran aceptación desde el primer disco y donde llena teatros; el uruguayo, “crítico, fiel y respetuoso”; el brasileño, “espontáneo y alegre, que se suma a cualquier improvisación”, y el español.
El tercer bonus del disco es la artística que va narrando los castigos que recibe una mujer por elegir hacer lo que quiere. Tiene permitido coser, cantar y salir a la puerta para ir a jugar, pero a costa de ello, perderá extremidades y por ende su libre movilidad por el mundo. Estas ilustraciones fueron íntegramente creadas por la artista española Rosalía Banet (www.rosaliabanet.blogspot.com), cuya obra fascinó a Ana cuando vio una exposición en Madrid junto a Queyi.
“Al ver la serie de las Siamesas Golosas o del Niño Pene, y conocer su estudio lleno de ojos, corazones, brazos y piernas de látex, no podía creer que la mujer que inventaba esas realidades era tan calma y prolija, con su vestidito y el pelo tan bien peinado”, dice Ana sobre la artista. “Rosalía es genial, habla suave y hace esos dibujos que son una trompada desde el punto de vista de género”, agrega.
“Cuando conocí su obra, le comenté que el disco se llamaría Soy pecadora y a partir de allí ella creó sola toda la serie de cuadros. Los pintó y les sacó fotos. En ellos yo veo el sufrimiento puesto en unos dibujos que parecen naïf, pero que dejan entre líneas otras cuestiones. En el arte del disco se muestra algo como ‘soy buena, exteriormente parece que estoy bien, pero estoy hecha pedazos por dentro’”.

Lo que viene después
Ana no quiere esperar ni hacerse esperar. Aunque se reconoce “lerda para componer”, ya está creando nuevos temas para su tercer disco, bajo un halo de misterio de saber si armará acaso una trilogía del ser y llevará por nombre otro Soy…
Algunos temas nuevos serán interpretados en La Trastienda el último día de este julio, el resto los hará en el camino, sin quemar las raíces. “Compongo sin una rutina y cuando se acerca el plazo para entrar a grabar al estudio, leo poesía y escucho mucha más música para inspirarme en el nuevo material”, detalla.
Ana presenta Soy Pecadora el sábado 31 de julio, a las 21 horas en La Trastienda (Fernández Crespo 1763 casi Miguelete).

Recuadro
Mujeres políticas
Se define frenteamplista y en las últimas elecciones afirma haber votado al MPP en su Paysandú natal. Reivindicando la presencia femenina y el compromiso político, Ana Prada cantó cuando en febrero asumió como senadora dentro del nuevo período legislativo, Lucía Topolanski, compañera inseparable del actual presidente José “Pepe” Mujica. “Fue un homenaje a la mujer, ya que es importante la representatividad femenina en las acciones y cargos políticos”, definió la cantautora, quien en dicha fecha compartió escenario con Laura Canoura, Malena Muyala y la cuerda de tambores La Melaza.
Distinta fue su participación como intérprete del jingle para la campaña de Ana Olivera a la Intendencia de Montevideo en mayo de este año. Prada sólo hizo unos retoques junto con Juan Angel Urruzola a ese tema que estaba listo para que le pusiera su voz bajo el estribillo “¡Montevideana, montevideana!”.
Respecto al actual Presidente de la República, Ana siente “un orgullo increíble”. “Creo que el Pepe es nuestro filósofo contemporáneo. Es un hombre de nuestro tiempo”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De solo escucharla, Prada está mas buena que el dulce de leche. Su personaje es todo seducción. Lo compro, me lo llevo, así nomás, sin envolver. ¿Será así como la pinta este ojo con el que la admiro? Leer lo que piensa me hace creer que ni siquiera tiene una posición política, como diría un calabrés, Ana es totalmente anarquista, no lo puede resistir. Y yo sueño.